Uno de estos días meditando sobre las transformaciones organizacionales y sobre la evolución al agilismo de algunas empresas es que llegue a pensar en una metáfora. Que las organizaciones (corporaciones, compañías, empresas, etc.) pueden ser una de tres tipos: un Robot Comandado, Moho del Fango y un Pulpo Inteligente.
El Robot Comandado
Algunas empresas u organizaciones son como robots comandados. Por un lado son robots, o sea, piezas mecanica encastradas como engranajes para cumplir algún fin. Esto las hace rígidas, que necesitan de mucho tiempo para cambiar, debido a que tienen varias áreas con procesos muy lentos y engorrosos y burocráticos. La gestiones suele ser basadas en modelos contractuales cerrados con procedimientos de gestión de cambios muy definidos. Por lo tanto, cualquier modificación requiere grandes sumas de dinero y medidas que pueden afectar a sus empleados y al clima laboral. Además son empresas comandadas, donde importa mucho el control, la jerarquía y la autoridad para la ejecución de sus planes. Son empresas que siguen planes rígidamente. Son empresas, en su generalidad, poco amigas de la agilidad.
El Moho del Fango
Por otro lado, hay empresas u organizaciones que se parecen al hongo Moho del Fango. Este Moho es un organismo ameboideo que es capaz de demostrar cierta inteligencia al resolver determinados problemas. Pero no es muy inteligente y pasa buena parte de su vida como miles de organismos unicelulares distintos; cada uno se mueve independientemente de sus otros compañeros [1]. Bajo determinadas condiciones se transforma en un solo organismo mayor que comienza a reptar. El moho del fango oscila entre ser una colonia y una criatura única. Estas organizaciones pueden ser ágiles, aunque a gran escala dificultan su camino a la eficiencia organizacional.
El Pulpo Inteligente
Finalmente, hay otras que son como un pulpo inteligente. Es que hay organizaciones y organismos que se comportan como un ser único, como el Pulpo. Estos animales son sistema inteligentes gracias a que tiene sistema nervioso central, cerebro y memoria, se adaptan a su entorno, innovan, son flexibles y ágiles. Son una forma de organización inteligente.
Autonomía y alineación
Uno de los elementos claves en las organizaciones es la finalidad organizacional dada por la visión. En el alineamiento y cumplimiento de objetivos es importante el grado de autonomía que existe en una empresa. La autonomía crea compromiso a diferencia de la obediencia que crea sumisión, pero las dos sin alineamiento conducen a la ineficiencia. En este sentido la autonomía puede ser una espada de doble filo. Por un lado, estimula la creatividad y la participación; pero por otro lado, la falta de autonomía sin liderazgo autoritario ni visión compartida puede conducir al caos, ambigüedad e ineficiencias. Es algo crucial y difícil equilibrar autonomía y alineamiento.
Cuando estoy en alguna empresa me preguntaría... ¿desde que estereotipo a cual otro nos dirigimos?
Referencias:
[1] La Quinta Disciplina: El Arte y la Practica de la Organizacion Abierta al Aprendizaje
Peter M. Senge - Ediciones Granica, S.A.
